Germán Machado:
1) Conformado a fines de la década de los ochenta, en Montevideo (Uruguay), el Espacio Utópico Dodecá se propone llevar adelante una utopía cuya máxima realización implica que el desarrollo del potencial creativo de cada uno sea la condición para el desarrollo del potencial creativo de todos. Bajo esta premisa, el Grupo Dodecá dirige y gestiona, desde 2001, el Centro Cultural Dodecá y, desde 2003, la Escuela de Cine Dodecá. El Centro Cultural es un ámbito público, de estrechas relaciones con la sociedad civil y de fuerte inserción en el campo cultural.
2) Responder esto requiere que visualicemos mínimamente el paisaje del capitalismo real y la sociedad de mercado vigente. Aquí nos enfrentamos con una sociedad dual, dividida y polarizada sistémicamente entre incluidos y excluidos. Los datos sobre desigualdad y miseria reflejan un corte entre países ricos y pobres, entre las regiones geográficas del norte y el sur. Pero en el mundo industrializado, al interior de los países más ricos, también se presentan esas fracturas.
No siempre es posible establecer un corte rígido entre incluidos y excluidos. Como se trata de categorías sociales heterogéneas, en su interior, sin dudas, pueden aparecer contradicciones y antagonismos específicamente localizados. Esto repercute a la hora de definir los obstáculos que los distintos individuos y colectivos habrán de enfrentar. Por ello es que nos parece conveniente manejarnos con estas dos grandes categorías como forma de comprender la situación de cualquier individuo frente a la realización de la utopía.
En este marco, la promoción y formación artística y cultural apunta al fortalecimiento de colectivos y al desarrollo de la creatividad individual, desplegando un trabajo crítico de remoción de obstáculos (externos e internos) a los individuos. El desarrollo colectivo de esta actividad, de por sí, ya ha de enfrentar una serie de obstáculos: los propios de una sociedad de mercado. En este contexto, es estratégica la articulación de excluidos e incluidos, atendiendo las problemáticas específicas de ambos sectores, las cuales tienen en el sistema capitalista una matriz común.
3) Salvo el discurso de la mercantilización de los bienes culturales y artísticos, no pensamos que haya una hegemonía: no al menos en los planos estéticos. En todo caso, lo que sí opera es una capacidad ampliada, y cada vez más veloz, por parte del sistema capitalista y de la sociedad de mercado, para cooptar todos los discursos (incluso aquellos que le son críticos), descontextualizándolos, resignificándolos y despotenciándolos en sus capacidades críticas y expresivas. La perspectiva de una “hegemonía cultural” no parece del todo apropiada para dar cuenta de esta nueva realidad propia del capitalismo tardío, en la cual “alta cultura”, “cultura popular”, “cultura de masas” e “industrias culturales” vienen operando un híbrido funcional al mercado y la promoción del consumo (segmentado y de masas).
En la perspectiva de la realización de la utopía, en una dimensión estrictamente cultural, lo novedoso sería articular la vida cotidiana con los resultados de mayor calidad estética, artística y expresiva, a que ha llegado la elaboración cultural de la humanidad. En tal sentido, y en el marco de una estrategia de reconstrucción y realización de la utopía, lo importante sería lograr gestionar centros y medios de fomento y divulgación culturales, ampliando los intercambios entre espacios utópicos diferenciales y el resto de la sociedad. En todos los casos, se trata de fomentar y diversificar la elaboración individual y colectiva de bienes culturales.
4) Justamente, que los proyectos sean autogestionados por colectivos autónomos es clave para una expresión relativamente libre de los distintos discursos artístico, sea en las áreas que fuera: literatura, cine, teatro, plástica, danza, etc.
Grupo Dodecá, Montevideo, julio de 2006
2) Responder esto requiere que visualicemos mínimamente el paisaje del capitalismo real y la sociedad de mercado vigente. Aquí nos enfrentamos con una sociedad dual, dividida y polarizada sistémicamente entre incluidos y excluidos. Los datos sobre desigualdad y miseria reflejan un corte entre países ricos y pobres, entre las regiones geográficas del norte y el sur. Pero en el mundo industrializado, al interior de los países más ricos, también se presentan esas fracturas.
No siempre es posible establecer un corte rígido entre incluidos y excluidos. Como se trata de categorías sociales heterogéneas, en su interior, sin dudas, pueden aparecer contradicciones y antagonismos específicamente localizados. Esto repercute a la hora de definir los obstáculos que los distintos individuos y colectivos habrán de enfrentar. Por ello es que nos parece conveniente manejarnos con estas dos grandes categorías como forma de comprender la situación de cualquier individuo frente a la realización de la utopía.
En este marco, la promoción y formación artística y cultural apunta al fortalecimiento de colectivos y al desarrollo de la creatividad individual, desplegando un trabajo crítico de remoción de obstáculos (externos e internos) a los individuos. El desarrollo colectivo de esta actividad, de por sí, ya ha de enfrentar una serie de obstáculos: los propios de una sociedad de mercado. En este contexto, es estratégica la articulación de excluidos e incluidos, atendiendo las problemáticas específicas de ambos sectores, las cuales tienen en el sistema capitalista una matriz común.
3) Salvo el discurso de la mercantilización de los bienes culturales y artísticos, no pensamos que haya una hegemonía: no al menos en los planos estéticos. En todo caso, lo que sí opera es una capacidad ampliada, y cada vez más veloz, por parte del sistema capitalista y de la sociedad de mercado, para cooptar todos los discursos (incluso aquellos que le son críticos), descontextualizándolos, resignificándolos y despotenciándolos en sus capacidades críticas y expresivas. La perspectiva de una “hegemonía cultural” no parece del todo apropiada para dar cuenta de esta nueva realidad propia del capitalismo tardío, en la cual “alta cultura”, “cultura popular”, “cultura de masas” e “industrias culturales” vienen operando un híbrido funcional al mercado y la promoción del consumo (segmentado y de masas).
En la perspectiva de la realización de la utopía, en una dimensión estrictamente cultural, lo novedoso sería articular la vida cotidiana con los resultados de mayor calidad estética, artística y expresiva, a que ha llegado la elaboración cultural de la humanidad. En tal sentido, y en el marco de una estrategia de reconstrucción y realización de la utopía, lo importante sería lograr gestionar centros y medios de fomento y divulgación culturales, ampliando los intercambios entre espacios utópicos diferenciales y el resto de la sociedad. En todos los casos, se trata de fomentar y diversificar la elaboración individual y colectiva de bienes culturales.
4) Justamente, que los proyectos sean autogestionados por colectivos autónomos es clave para una expresión relativamente libre de los distintos discursos artístico, sea en las áreas que fuera: literatura, cine, teatro, plástica, danza, etc.
Grupo Dodecá, Montevideo, julio de 2006
Dodecá. (Montevideo)
Los objetivos del Centro Cultural Dodecá son estudiar y fomentar la elaboración individual y colectiva de bienes culturales, así como su difusión pública. En todos los casos, hemos procurado trabajar con bienes culturales de la más alta calidad artística, apropiándonos de ellos de manera colectiva y en un marco participativo, abierto y pluralista, fomentando el ejercicio democrático de la solidaridad ciudadana.
El Grupo Dodecá está integrado por:
Cristina Bausero, Miguel Benítez, Cecilia Farías, Florencia Flores, Germán Machado, Flavio Pazos, Natalia Perciante, Anisio Pires, Graciela Rodríguez, Alejandro Ventura, Matías Ventura y Santiago Ventura.
Los objetivos del Centro Cultural Dodecá son estudiar y fomentar la elaboración individual y colectiva de bienes culturales, así como su difusión pública. En todos los casos, hemos procurado trabajar con bienes culturales de la más alta calidad artística, apropiándonos de ellos de manera colectiva y en un marco participativo, abierto y pluralista, fomentando el ejercicio democrático de la solidaridad ciudadana.
El Grupo Dodecá está integrado por:
Cristina Bausero, Miguel Benítez, Cecilia Farías, Florencia Flores, Germán Machado, Flavio Pazos, Natalia Perciante, Anisio Pires, Graciela Rodríguez, Alejandro Ventura, Matías Ventura y Santiago Ventura.
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